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Hace bastante que no escribo en NotiNat, y recuerdo que siempre lo hacía con los deberes hechos, es decir, hablaba de lo que conocía o había estudiado con cierta solvencia. En esta ocasión escribo con ciertas dudas pues lo que ha motivado esta nueva entrada en el blog no es más que la incertidumbre de algo que desconozco.
Recuerdo que durante los Juegos Olímpicos de 2012, Michael Phelps utilizó baños de hielo, literalmente, una bañera con algo de agua, repleta de cubitos de hielo, para “acelerar su recuperación”. Era la primera vez que oía semejante invento y ahí me quedé, no investigué más y me quedé en la anécdota.
Hoy he leído que Katinka Hosszu también se ha apuntado a los baños helados, y para ello ha ido de compras para hacerse con un contenedor con el que ir a las competiciones y poder realizar el protocolo tras la competición.
Desconozco la base científica que lleva a esta práctica, aunque los que la utilizan hablan de un descenso de posibles inflamaciones y por tanto del dolor y una mejor recuperación muscular después de un esfuerzo intenso. Por más que he buscado solo me he encontrado con entendidos que hablan de incertidumbre, de falta de estudios que demuestren sus beneficios, por ello no deja de extrañarme que atletas punteros y sus entrenadores confíen en este método.
